martes, 24 de julio de 2012

DON GREGORIO PECES-BARBA MARTINEZ EN NUESTRA MEMORIA

Mi recuerdo, un homenaje…


Madrid, 13 de enero de 1938 - Oviedo, 24 de julio de 2012

Corrían los años 75-76 del siglo pasado cuando un grupo de jóvenes -casi niños- inquietos y militantes políticos en la clandestinidad tuvimos la ocasión de conocer al profesor Peces-Barba.

Fue con ocasión de una reunión clandestina celebrada en la casa de un viejo militante Socialista, el compañero Silvino que contaba algo mas de 80 años a quien su necesidad de libertad le hacían tener una lucidez descomunal; Silvino fue nuestro MAGISTER POLÍTICO.

La escuela política que nos enseñó Silvino, configurada por las distintas reuniones secretas a las que asistíamos con frecuencia en su casa, nos ofreció un  buen día encontrarnos con un joven abogado que en aquel entonces contaba 36 0 37 años, se llamaba Gregorio y a el tendríamos que recurrir vía telefónica cuando nos encontráramos en algún problema como consecuencia de ser acosados o detenidos en la brega de las pegadas de carteles reparto de propaganda y diferentes campañas que se desarrollaban casi continuamente y que nos obligaban a tener un ojo en el trabajo y otro en cualquier esquina para salir por “patas” cuando la ocasión lo requiriese.
Posteriormente, ya legalizados los partidos políticos en España, allá por el 77, el compañero Gregorio nos visitaría en nuestra flamante Agrupación donde nos contaría los trabajos que se estaban realizando en cuanto a la organización del partido de cara a un futuro aún incierto.
Los jóvenes de aquellos años que vivimos aquellas circunstancias no olvidaremos el sosiego y la calma que el compañero Gregorio transmitía en aquellos momentos difíciles en los que el inicio de la pretendida libertad suponían mas bien un deseo y una necesidad que en la feliz realidad que hoy disfrutamos.
A Gregorio y a tantos otros, en gran medida les debemos el respeto y nuestro recuerdo por la generosidad que ofrecía de forma continuada.
Con mi recuerdo, DESCANSE EN PAZ, DON GREGORIO.
Benito García de Torres